Las palabras que dijiste otrora
abrieron mi corazón a las imágenes de un hechizo
viajaron mis sentidos a un solo deseo
destellaron cristales en mis ojos exhaustos de pensarte
latieron constantes preguntas arrasadas por una sola respuesta
inventaron un norte nuevo destinado a mi verdad
enamoraron el azar de un verano irreductible.
Las palabras que decís a veces
derraman sobre mi corazón la sensación del infinito
emocionan mis sentidos embriagados de reciprocidad
acarician mis ojos saciados de amarte
diseñan el camino que he decidido transitar
detienen mis desmesuras nacidas en cada atardecer
abrazan la soledad que me asfixia el cuerpo no menos que el alma.
La palabras que no decís
me invitan a un capítulo de dudas que me lastima
me cuestionan cada arrebato que me encuentra buscándote
me sugieren interrogantes que no plantearé
me entristecen la memoria dejando caer una porción de angustia
me piden que las pronuncie en mi plegaria y las guarde en mi secreto
me aseguran que están allí para mí aunque no pueda escucharlas.
Las palabras que dijiste otrora escribieron la diferencia en mi vida
Las palabras que decís a veces escriben mi conmoción
La palabras que no decís escriben el tiempo que no tenemos
daría todo lo que soy a cambio de que tus palabras,
todas ellas, fueran siempre el calor que abrigue mis pensamientos.
