Por haber declinado mis lágrimas más oscuras
y acompañado mis derrotas más sangrientas.
Por dignificar mis logros edificados
y haber llorado mis emociones sinceras.
Por enseñarme el valor de una concesión
y el altruismo de un acuerdo sostenido.
Por la herencia irrepetible que concebimos
y el milagro de vernos en ella memorables.
Por lo intempestivo de nuestra alianza
y lo sagrado de nuestras diferencias.
Por el tiempo atrapado en recuerdos
y el honor señalado en cada página.
Por convalidar mi vuelo sin saberlo
y redimir mi silencio que escribe.
Por los años intensos que provocamos
y la familia vehemente que protegemos.
Por el orgullo que me demostrás a veces
y por el reconocimiento que respiro siempre.
Por tu apoyo noble e incansable
y por viajar a mi lado este sueño.
Por estar conmigo, simplemente gracias.
