De que mis pies no caminen hacia donde va mi corazón
irreductible dialogaré con ellos hasta que sin miedo
comprendan la certeza del paso que sugiere mi reacción
de que mis ideas agobiantes pierdan la razón
advertiré inocentes límites y seguiré siendo yo
de que mueran poemas de cara a la madrugada
escribiré sin descanso y no me cansará la motivación
de que otros invasivos y oscuros me juzguen
será infranqueable mi pensada y clara opinión
de perder tiempo en cuestiones precisas y áridas
haré llover sobre los relojes horas de emoción y elocuencia
de caerme al vacío de la derrota a veces inevitable
intentaré otras rutas y otros aires sin piedras cruzadas
de abrazar limosnas como premios consuelo a la desolación
me extasiaré en máximas soluciones dignas de fervor
de mirar el sol y consignar la existencia de mis ojos
estaré segura de amar mi ceguera mejor
de dar la espalda a la vida, a la noche, a mi inspiración
sabré que he partido y conmigo toda la emoción
de mentirle a mis ideas resignando mis utopías
mutilaré argumentos firmes y ahogaré toda decisión
de llorar hasta la asfixia la traición previsible que no vi
lloraré hasta la muerte la confianza honda que malgasté
de que vos olvides impunemente que existo
moriré irremediablemente sin memoria ni dolor.